Saltana Revista de literatura i traducció A Journal of Literature & Translation Revista de literatura y traducción El rey rana, Hermanos Grimm
INTRODUCCIÓN
Los hermanos Jakob (1785-1863) y Wilhelm Grimm (1786-1859) son universalmente conocidos gracias a su colección de cuentos populares, Kinder- und Hausmärchen («Cuentos infantiles y del hogar»), cuya primera edición apareció entre 1812 y 1815, y cuya última edición, publicada en 1857, incluía más de doscientos textos, procedentes en buena parte de fuentes orales. El interés de los Grimm por la tradición narrativa oral y el cuento maravilloso se debió a la influencia de las ideas de Herder sobre la poesía antigua como expresión del Volkgeist, el «espíritu del pueblo», y la distinción elaborada por Clemens Brentano y Achim von Arnim entre literatura popular y otros tipos de literatura. Brentano y Achim ya habían publicado entre 1803 y 1808 una antología de la lírica popular alemana —que reescriberon a su conveniencia—, Des Knaben Wunderhorn, e inicialmente la labor de los Grimm fue concebida como un acopio de materiales destinada a ampliarla.

Kinder -und Hausmärchen es sólo una parte de la ingente obra colectiva e individual de los Grimm, obra que dejó una profunda huella en la fundación de la germanística y el desarrollo de la lingüística. Filólogos y medievalistas, los Grimm pasaron la mayor parte de su vida como bibliotecarios y profesores, primero en Kassel y luego en las universidades de Gottingen y Berlín. Además de la sucesivas revisiones y adiciones a Kinder -und Hausmärchen, que fueron recayendo con el tiempo en Wilhelm, su estrecha colaboración prosiguió durante los años que siguieron a 1812 con otros trabajos imbuidos de la misma voluntad romántica de recuperación del pasado: Altdeutsche Wälder (1813-1816), que incluye diversos escritos sobre lingüística, folklore y literatura medieval; Lieder den Alte Edda (1815), el primer volumen de una edición de las Edas, que quedaría incompleta; Der arme Heinrich (1815), edición comentada del romance del poeta medieval suabo Hartmann von Aue; Deutsche Sagen (1816-1818), una compilación crítica de leyendas históricas y locales germánicas; y el estudio introductorio y la traducción de la recopilación de Thomas Crofton Croke Fairy Legends and Traditions of the South of Ireland (1825). Asimismo, emprendieron en la década de 1830 la moumental empresa común de confeccionar un diccionario alemán, Deutsches Wörterbuch, en el cual trabajaron hasta el final de sus vidas y dejaron inacabado en la letra F. El diccionario fue continuado gracias a la colaboración de sucesivas generaciones de germanistas y se culminó en 1960. Amén de esta obra conjunta, cada uno de los hermanos llevó a cabo importantes trabajos por su cuenta. Mientras las investigaciones de Wilhelm se centraron en la edición y crítica de textos literarios, Jakob se ocupó del derecho y, sobre todo, la historia de la lengua y la mitología. Entre las principales obras de Wilhem cabe destacar Die deutsche Heldensage (1829), un índice de nombres y temas heroicos que se mencionan en la literatura y el arte desde el siglo VI al siglo XVI, acompañado de varios estudios sobre las sagas. Por su parte, Jakob publicó entre 1819 y 1837 cuatro ediciones de su gramática alemana, Deutsche Grammatik, que fue capital para el nacimiento del método comparativo y donde intentó describir el conjunto de las relaciones entre las lenguas germánicas y sus fases de evolución histórica, del gótico al alto alemán moderno.

Muy pronto, Kinder -und Hausmärchen entró a formar parte del acervo de la literatura infantil, literatura que tenía apenas medio siglo de existencia y contaba con un creciente público entre la burguesía, siguiendo un camino quizá alejado de la intención primigenia de los Grimm, que habían emprendido el proyecto con una mezcla de motivaciones patrióticas e intelectuales, y se habían centrado al principio en el estudio de las variaciones dialectales. Sin embargo, el nacionalismo romántico, la fidelidad al medio burgués y el didactismo de los mismos Grimm fueron en gran parte responsables de este encasillamiento. En la convicción herderiana de que la compilación era un vehículo para rescatar del olvido una supuesta cultura popular nacional y transmitirla al publico culto —idea que luego fue compartida por muchos folkloristas a lo largo del siglo XIX—, publicaron los cuentos en alemán estándar, traduciendo casi todos los dialectalismos de las fuentes originales, y alteraron de manera progresiva los rasgos de éstas que estaban en contradicción con los gustos literarios o las prácticas sociales y culturales dominantes. Ya en el prólogo a la segunda edición (1819) manifestaban abiertamente que habían suprimido «cualquier expresion inapropiada para los niños» y una comparación de las sucesivas ediciones muestra el peso cada vez mayor de criterios extrafilológicos y extrahistóricos. En vida, los Grimm publicaron 17 ediciones de los cuentos, cada una de las cuales era distinta de las demás. Siete de estas ediciones, publicadas entre 1812 y 1857, la llamada «edición mayor», consistieron en los cuentos completos más un extenso aparato crítico. Los cambios de una edición a otra fueron notables: creció el número de cuentos, variaron los contenidos —algunos cuentos se omitieron, se incluyeron otros— y los textos sufrieron numerosas modificaciones, a veces de manera repetida. Otras diez ediciones, publicadas entre 1825 y 1858, la llamada «edición menor», contenían sólo una selección de cincuenta cuentos con ilustraciones del hermano menor, Ludwig Emil Grimm, y estaban claramente dirigidas al incipiente y lucrativo mercado editorial infantil. El hallazgo a principios de la década de 1920 de una versión manuscrita de cuarenta y nueve cuentos sin corregir, versión que había quedado abandonada en el monasterio alsaciano de Olenberg y procedía del acopio original de materiales realizado en 1810 para Clemens Brentano, permitió añadir un nuevo eslabón en este proceso de transformaciones. En general, los elementos eróticos y antiautoritarios se eliminaron o suavizaron, y se intentó presentar arquetipos morales y sociales que no fueran ambivalentes, consistentes con los valores religiosos y patriarcales de la sociedad de la época; el estilo se unificó eliminando vulgarismos, embelleciéndolo con adjetivos y diálogos, y añadiéndole refranes y proverbios. Más aún, en la búsqueda de dotar de mayor claridad a la trama, se introdujeron motivos explícitos para justificar algunas acciones o se insertaron repeticiones simétricas de acciones para emfatizar las conexiones de la secuencia de acontecimientos dentro de la narración.

Estas y otras consideraciones, como las relativas al reducido ámbito geográfico de donde provenían los informantes —mayoritariamente de la región de Hesse—, al hecho de que muchos no fueron campesinos, sino familiares y allegados que pertenecían a la burguesía, o la influencia nada desdeñable de las fuentes escritas —ya fuera mediada por los propios informantes o directa con la inclusión de nuevos cuentos de la edición mayor de 1819 en adelante, entre ellos algunos tomados de Perrault—, desmienten la leyenda decimonónica, todavía viva, de los hermanos Grimm recorriendo lejanos rincones de la Alemania rural en busca de cuentos y legando su transcripción literal a la posterioridad. Con todo, su pretensión de reproducir las fuente orales de las que se sirvieron, aunque fuera incorporando cambios estilísticos, temáticos y formales para atraer al público burgués, y su aproximación a los cuentos populares como artefactos representativos de un continuo más amplio en el tiempo y el espacio, en una época donde se creía que ni siquiera merecían ser impresos, fue el punto de partida de los estudios modernos sobre el folklore literario.

La recepción de los cuentos en el resto de Europa empezó pocos años después de la primera edición alemana y se realizó al principio a partir de antologías de la edición mayor. En 1816 y 1821 se publicaron sendas traducciones al danés, y en 1823 al holandés. Entre 1823 y 1826 apareció otra antología traducida por Edgar Taylor al inglés, traducción que fue recomendada con entusiasmo por sir Walter Scott, a su vez recopilador de baladas. Una versión francesa anónima, hecha a partir de la traducción inglesa de Taylor, fue publicada por el impresor August Boulland en 1824. En las décadas siguientes se multiplicaron las traducciones hechas a partir de la edición menor y, sobre todo, las adaptaciones. En España, la recepción fue mucho más tardía: los cuentos se popularizaron en castellano a partir de las adaptaciones anónimas publicadas por el impresor Saturnino Calleja en la década de 1880, y Carles Riba hizo una primera traducción al catalán entre 1919 y 1921. La traducción y adaptación de los cuentos de Grimm contribuyó de manera decisiva a la emergencia del cuento popular como género literario. Por un lado, inspiró directamente a otros autores, que los tomaron como modelo —las traducciones danesas, por ejemplo, fueron determinantes en la concepción de la obra de Hans-Christian Andersen—. Por otro, al realizarse mediante estrategias de naturalización, exclusión y reescritura que querían adecuarlos a la cultura receptora, produjo una mayor demanda lectora del género, demanda que fue satisfecha entonces con nuevas traducciones de otros cuentos o la publicación de cuentos autóctonos. Esta adecuación tuvo, además, el efecto de crear un cuerpo textual que era distinto en algunos aspectos de las ediciones alemanas originales. En la medida que las traducciones y adaptaciones respondieron cada vez más a las exigencias editoriales de promover el mercado en crecimiento de la literatura infantil —y al imaginario de la sociedad burguesa adulta sobre la infancia—, el canon internacional de los cuentos de Grimm fue alejándose del canon leído en Alemania y se caracterizó por la selección de cuentos con final feliz, desplazamientos argumentales que expurgaban los rasgos que se juzgaban socialmente inaceptables —como la supresión de escenas violentas o crueles que los Grimm habían conservado—, o la dependencia de las ilustraciones. En la actualidad, este cuerpo textual es enorme. A las ediciones alemanas y traducciones en los más diversos formatos a más de cien lenguas se le suman innumerables adaptaciones, versiones escolares y nuevas variantes contemporáneas. Por medio de este complejo proceso de mediaciones, su presencia en la historia de la lectura ha sido tan persistente que W.H. Auden afirmó que «entre los pocos libros indispensables [...] en los que puede reconocerse la cultura occidental —esto es, excluyendo el genio nacional de pueblos particulares como ilustran los casos de Shakespeare y Dante—, no es exagerado decir que estos cuentos se sitúan cerca de la Biblia en orden de importancia».

Der Froschkonig oder der eiserne Heinrich es uno de los textos que figuraban ya en la versión manuscrita de 1810 y que los Grimm mantuvieron hasta la última edición, aunque sufrió diversas revisiones. Una variante adicional del relato, que aparecía en el segundo volumen de la primera edición (1815), titulada Der Froschprinz, fue deshechada en las ediciones siguientes. La fuente oral fue probablemente un familiar de Dortchen Wild, la esposa de Wilhelm Grimm. Según la tipología Aarne-Thompson —la clasificación comparativa que agrupa los cuentos populares en cuatro categorías, subdivididas a su vez por afinidad de motivos en más de dos mil grupos—, pertenece al tipo 440, del que existen diversas variantes europeas y asiáticas, y en el que se da una promesa de matrimonio incumplida entre una rana y una doncella o doncel, la reclamación de la promesa por parte del pretendiente, y la posterior transformación del anfibio en humano. La traducción inédita que aquí presentamos se ha realizado a partir de la versión íntegra del cuento tal como se publicó en la edición mayor de 1857. (S)
Ilustración de Ludwig Emil Grimm para la portada de la edición
de 1819, que representa una escena del cuento «Hermanito y hermanita»
Wilhelm Grimm, que editó la mayor parte de los cuentos a partir
de 1815, según
un daguerrotipo
tomado en su vejez
OBRA | WERK
EL REY RANA O HEINRICH EL FÉRREO
FUENTE | QUELLE
(Or) Jakob und Wilhelm GRIMM, Kinder- und Hausmärchen. Nach der großen Ausgabe von 1857, textkritischrevidiert, kommentiert und durch Register erschlossen, 4 Bände, Hans-Jörg UTHER (ed.), Munich: Diederichs, 1996.
ENLACES | LINKS
Der Bruder GRIMM, Märchen (1812-1815) und Deutsche Sagen (1819). Projekt Gutenberg-DE.
Der Froschkönig oder der eiserne Heinrich von den Brüdern Grimm. Ein Vergleich der Fassungen von 1812 und 1857. Folklore and Mythology Electronic Texts.
Frog Kings, folktales of Aarne-Thompson type 440 about slimy suitors, translated and/or edited by D.L. Ashliman. Folklore and Mythology Electronic Texts.
Jack ZIPES, «Once There Were Two Brothers Named Grimm», from The Brothers Grimm. From Enchanted Forests to the Modern World, New York: Macmillan, 2002. Google Books.
Pascal VAILLANT ,«Sémiotique implicite de l'espace dans les contes des frères Grimm: la verité est au fond du puits», Texto!, Semantique des Textes.
OTROS CUENTOS DE LOS HERMANOS GRIMM |
ANDEREN MÄRCHEN DURCH DEN GRIMM BRÜDER 
Marienkind  (Olenberg, 1810)
Der treue Johannes  (KHM, 1812-1815)
Die zwölf Brüder  (KHM, 1857)
Rapunzel   (KHM, 1857)
Rumpelstilzchen  (KHM, 1857)
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